viernes, mayo 02, 2008

Infiltración en la Academia XI: Historia del Agente Parte I

Para combatir al enemigo hay que comprender su motivación, aquello que le empuja a actuar. Cuando accedimos a la información clasificada de la Academia conseguimos los archivos de sus componentes más destacados, nuestros caminos se han cruzado en múltiples ocasiones y volverán a hacerlo. Hoy os contaré la historia de uno de ellos, pues debéis conocerla para comprender que hay gente dentro de la Academia que jamás pactará con los Grises.

La casa del Agente, antes de convertirse en el perro de presa de la Academia

Este relato comienza en los años 70 cuando una pareja de hippies heredó una pequeña granja en Montana en la que se instalaron para tener una familia. vivían de vender lo que cultivaban a un pueblo cercano llamado Heaven's Bells. De vez en cuando recibían visitas de amigos y se llevaban razonablemente bien con sus vecinos, que los veían como una nota de exotismo en sus por otra parte monótonas vidas. Tuvieron dos hijos y una hija a los que educaron ellos mismos.

Como todo pueblo que se precie tenía sus propias leyendas urbanas. Unas hablaban de personas desaparecidas sin dejar rastro, otras de animales robados,... Cada habitante parecía tener su propia historia y las explicaciones variaban desde indios salvajes tanto vivos como muertos a forasteros sospechosos. Andrew Jack Thomas, que era como se llamaba el hippie, fue el primero en sugerir que quizás debieran mirar al cielo en busca de respuestas. Su esposa, Elisabeth Reynolds, con la que compartía interés por los asuntos paranormales, le apoyó y juntos escribieron varios artículos para el periódico local, que no pasaron desapercibidos para la Academia.

El Agente, una máquina de matar al servicio de la pérfida Academia

El peculiar escepticismo de los lugareños dio lugar a la colaboración cuando un ganadero con fama ganada a pulso de sobrio y carente de la más mínima imaginación describió con todo lujo de detalles como una criatura grisacea de tres metros de envergadura y brazos como ramas devoró en menos de un minuto una de sus mejores reses y se desvaneció en un haz de luz que parecía venir del cielo. Tras esto repasaron todos los hechos extraños que habían ido atribuyendo a diferentes causas encontrándose de pronto conque en muchos de ellos había "invitados", sombras captadas por el rabillo del ojo. No había lugar para la duda, los alienígenas habían declarado la guerra a Heaven's Bells.

Con el pueblo decidido a poner fin a la sangría venida del espacio se formaron patrullas ciudadanas con el permiso de la policía local, que se reían a sus espaldas de "esos pobres paletos guiados por fumadores de flores". Así, solos se enfrentaron a una amenaza cuya magnitud superaba a las de las cabezas nucleares que acaparaban los titulares de los periódicos. Ahí, en esa batalla desigual el hombre conocido como Andrew Jack Thomas dio el primer y más decisivo paso para convertirse en el Agente.

Continuará...

5 comentarios:

  1. ¿El agente es un hippie?

    Psicodelia tío...

    J

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  2. «Pero yo les indicaré a quién temer: Teman a aquél que después de matar tiene autoridad para echar en el Gehena. Sí, les digo, teman a Éste.»

    Lucas 12:5

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  3. Estimados colegas:

    ¡Buenas noticias para el bando de la justicia! Las últimas semanas no podrían haber sido más emocionantes. Por fortuna nuestros magníficos aliados han logrado asestar un nuevo golpe a la pérfida Academia y la victoria se perfila.

    ¡Un hurra por Patrick, por Jenna y por El Bibliotecario!

    ¡Por Isis!

    Su amigo y colega:

    Dr. T-Love

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  4. ¡Valla toalla!

    Me aflige enormemente comprobar como los antaño inconexos, a la par que jocosos y ciertamente delirantes, episodios aquí narrados han ido dando paso a una suerte de subproducto televisivo de baja estofa. Los leales a la Academia recordábamos con humor y agrado los desvaríos y alucinaciones del sr. Steiner, materializados en mil y una aventuras imposibles, en los más variopintos e ingeniosos lugares del mundo. Por desgracia, lo visitado en éstas últimas entregas responde más bien a una nueva flatulencia narrativa, que parece vomitada del cerebro cirroso del peor guionista de la televisión.

    Las acciones de vandalismo aludidas en esta página web de palurdos bajo el disfraz de combates mágicos o superestelares no tienen gracia en tanto en cuanto atentan contra una propiedad privada y contra la salud e integridad de aquellos profesionales que ejercían noblemente su puesto de trabajo y se han visto sorprendidos por unos freakies borrachos inmersos en su éxtasis alcohólico de una noche de botellón. Entiendo que el apego de Mr. Steiner por las bebidas fermentadas forme parte de su singular personaje, trazado y definido con precisión de acuerdo a los estándares del suizo patán y bohemio al que emula e idolatra, pero sus chiquilladas ingenuas han llegado demasiado lejos.

    Hasta ahora su delirio no causaba más daños que el de contagiar su ignorancia a aquellos que, como él, prefieren revestir de fantasía y mentira la insulsa realidad diaria en un fútil intento por escapar de su mediocridad. En las últimas semanas hemos visto una y otra vez como arremetían contra la magna institución a la que amo y represento, insultando o implicando en sus tejemanejes a personas reales, de una notable importancia pública y que han visto sus nombres vilipendiados en esta bitácora amarillista, como el notable sr. Holt o la admirable Baronesa, y atacado físicamente numerosos edificios públicos sede de la Academia, de enorme valor arquitectónico e histórico, con su cohorte de puercos, meones, graffiteros, lanzadores de pedradas y una chusma ruidosa que se abandonaba sin freno a una orgía vandálica capitaneada por el cobarde Steiner, de la mano de su “aliado” Villabobos y sus “fuerzas especiales”. ¡Para morirse de vergüenza!

    La facilidad del sr. Steiner para contar historias asombrosas parte de su absoluta libertad para improvisar o inventar escenarios y situaciones, sin más rigor que el delirio creciente de su mente enferma. Lo peor de todo ellos son sus “amigos y colegas”, gamberros o anormales, como Love, Larroca, Villabobos, o incluso esa aberración, pariente bastarda de Jenna Starblade; o la delirante pareja que, junto al propio Steiner, componen el trío macarrónico protagonista en “Planeta Inquietante”. Las poses, cada vez más rebuscadas y teatrales de éstos ponen en jaque al mejor de los fotógrafos que, sin duda, escaparía espantado por el despliegue circense de tan malos actores..., si es que el fotógrafo responsable de tan horrendas instantáneas merece siquiera tal denominación: una cámara en sus manos justifica el calificativo de ADM (arma de destrucción masiva).

    Cada día me aburren más con aventuras y conspiraciones que no llevan a ninguna parte, salvo a perpetuarse en una perenne posición de pretendida denuncia social y cultural. Siento verdadero asco.

    ¡Muerte al falsario Steiner!, ¡Larga vida a la Academia!

    El Paladín de la Academia

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  5. "Dos lágrimas en un cubo
    y a tomar por el culo"

    No soy tu amigo. No soy tu colega.

    Dr. T-Love

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