miércoles, abril 29, 2009

La batalla final se acerca: Una lección magistral

Para evitar innecesarias a la par que malintencionadas confusiones esta entrada carecerá de imágenes, que supliré con mi elaborada prosa. Hace ya unos días reuní a mi equipo de élite tras recibir una pista sobre una operación que tenían en marcha los esbirros de Steiner. Nos dirigimos de inmediato a París donde planeaban los enemigos de la Razón hacer contrabando de tecnología avanzada. Al frente de la célula terrorista estaba el anodino secundario de encefalograma planoRob Larroca, del cual podéis ver alguna foto en este blog, aunque no os lo recomiendo. Tiene más personalidad y atractivo cualquier mueble de Ikea. En total serían una docena de mercenarios de segunda fila, antiguos miembros en su mayoría de la ETT Hazlo Como Puedas. Gracias a nuestra eficaz red global de seguridad nos adelantamos a la reunión con sus proveedores y les dimos una buena sorpresa. En lugar de los siniestros mafiosos del este de Europa con los que tan habituados están a tratar se encontraron con nosotros.

La lucha fue breve e intensa, en cuanto vieron que la diferencia de nivel era abrumadora los contados supervivientes pusieron pies en polvorosa abandonando a su lamentable jefe. Envié en su búsqueda a mi certera cazadora, Nadia Dementieva, una rusa curtida en el frío siberiano. No me gusta dejar cabos sueltos. Al despojo humano que los dirigía me lo reservé para mi disfrute particular. Quería probar la fuerza sobrehumana que me han conferido mis nuevos genes extraterrestres. Así que le empecé a golpear con mis puños, fue una delicia ver cómo intentaba defenderse a pesar de su estado decrépito resultado de la pelea con mi equipo. Un esfuerzo inútil pues estamos en niveles completamente diferentes. Yo soy un ser humano evolucionado, él es un fósil, un callejón sin salida. Golpe a golpe le fui rompiendo los huesos, astillándolos, causando cientos de hemorragias internas. Sus órganos internos reventaron por la presión aplicada. No paré hasta que cayó inconsciente.

Nadia regresó con las cabezas del resto en una bolsa de basura, un detalle muy apropiado que habla de su sofisticación. El material fue trasladado convenientemente a unos almacenes de la Academia en las afueras. Yo me quedé a acabar con el trabajo. ¿Sabéis una cosa? Hay individuos que parecen hechos para ser destrozados y Rob Larroca es un claro exponente. No importa el daño que le hagas, no va a quedar más feo de lo que ya era y no sentirás el menor remordimiento. Lo desperté con unas amables descargas eléctricas y retomé mi sana tabla de ejercicios. Cuando el sol empezó a arrojar sus últimos rayos sobre el escenario de nuestro fugaz enfrentamiento decidí que era el momento de despedirme de la incapaz mano derecha de Steiner. Le empalé con una espada bastarda y arrojé su cuerpo al río para que lo devorasen las bestias carroñeras. Así al fin resultará de alguna utilidad.

Es una pena que mi víctima haya sido alguien que nadie echará de menos, le quita fuerza al mensaje que quiero enviar. Si no escribiera este post seguramente ni sus más cercanos colaboradores notarían su ausencia por lo que tendré que explicitar mi propósito con esta lección magistral. Se ha abierto la veda de los enemigos de la Razón. Se acabó el esconderse tras el corrupto sistema de Justicia, os cazaremos, os ejecutaremos y vuestra sangre regará los cimientos del Nuevo Mundo.



Saludos, Sir Edward Holst

4 comentarios:

  1. ¡Hijo de perra! ¡Maldito rastrero y vil! Eres escoria, eres excremento de rata, eres una alimaña traicionera y cobarde. Tus insultos no pueden, de ningún modo, quedar sin castigo. Terminaremos por arrancarte tus apestosos genes marcianos a hostias...

    ¡Es que es inaceptable! Pase que les tiendas una trampa, pase que lo muelas a palos, que lo electrocutes e incluso que lo empales..., ¡pero compararlo con un mueble de Ikea no tiene perdón!

    Nos has dejado sin el contrapunto dramático en las fotografías de Planeta Inquietante, sin el guerrero del jersey de lana y mirada acerada. Hoy, por tu culpa Edward Holst, el mundo es un poco más gris...

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  2. Cuan predecibles a la par que lastimosos son las musarañas del extinto Planeta Inquietante. Tiene que ser el señor Anónimo el que salga a "protestar" por una sanísima e higiénica operación de limpieza mostrando al mundo entero su supina ignorancia. Mi nombre es SIR Edward Holst y los genes implantados no son marcianos, en esa fría bola roja hay menos vida si cabe que en el interior de su cráneo. En cuanto al guerrero de jersey de lana lo pueden sustituir sin mayor problema con un maniquí, apuesto a que sería más expresivo y haría las mismas funciones, es decir, ser un adorno de mal gusto.

    No esperaré a que vengan a cumplir sus tristes amenazas sino que saldré a su encuentro y veremos quién acaba sin genes.

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  3. Jenna Starbladelunes, mayo 04, 2009

    Esto no quedará así, no somos como tú Edward, nosotros no nos limitamos a llorar a nuestros compañeros caídos. ¡Juro por la mismísima Isis que acabaré contigo!

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  4. Sir Edward Holstlunes, mayo 04, 2009

    Pulverizaré la demencial fantasía en la que te has encerrado voluntariamente durante los últimos años con la misma facilidad con la que destrocé a ese guiñapo al que llamabas amigo. ya va siendo hora de que entres en contacto con la dura realidad. Yo también lo juro, pero las futuras cenizas de esa acrtiz de pacotilla que representa con desgana el papel de Isis.

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