La Resistencia está preparada para los retos venideros.
Con la presentación pública de la Asamblea podemos observar el nuevo escenario y actuar en consecuencia. Los miembros de la Resistencia nos hallamos ante dos oponentes, dos fuerzas a priori desiguales con un único fin en común, nuestra eliminación. La Asamblea es un extravagante popurrí de académicos, ex-académicos y oportunistas que quieren venderse como una nueva ONU cuando a lo más que llegan a es a ser otra cábala conspirativa que busca dirigir a la humanidad según sus intereses egoístas. No sé como han conseguido incluir en sus filas a personas a las que creía justas y cabales, tan sólo espero que el precio por dar la espalda a sus principios valga la pena. La vuelta a los orígenes que supone su nueva actitud anti-alienígena me hace temer lo peor pues buscarán chivos expiatorios para desviar la atención del flagrante hecho denunciado en esta bitácora de como unos científicos grises viven a cuerpo de rey en una de sus sedes siguiendo sus experimentos inhumanos.
La portavoz y líder de los Hijos del Nuevo Mundo
Nuestro otro gran enemigo es una organización mucho más honesta que no oculta sus intenciones, restaurar el Reinado de Terror de su Maestro y Mesías, Sir Edward Holst, el Usurpador. Los Hijos del Nuevo Mundo está dirigida por una pupila de Holst, a la que escogió en un internado de la Academia para hijos ilegítimos. Ha sido su mano derecha, su sombra, hasta su derrota a manos de la guerrera Jenna Starblade. Cuando la Academia decidió dar la espalda al Nuevo Mundo Ellen Blackmoon junto a los otros componentes del Equipo de Élite del Usurpador crearon esta secta para mantener viva la memoria de su líder y esperar su regreso, como afirma en su reciente comunicado.
Una nueva etapa se abre ante nosotros, llena de retos y aventuras que compartiremos con vosotros, queridos lectores. El futuro de este planeta depende de este triángulo de fuerzas ( Asamblea-Resistencia-Hijos del Nuevo Mundo), nuestros enfrentamientos ideológicos y bélicos marcarán el curso de la auténtica Historia.
¡Por Isis!
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