miércoles, septiembre 29, 2010

Alienígenas entre nosotros: El reconocimiento oficial

Durante demasiado tiempo la obsoleta y opresiva Academia negó tajantemente la existencia de vida extraterrestre y censuró sin pudor alguno la infinidad de pruebas bien despojándolas de su verdadero significado bien ocultándolas en mohosos sótanos custodiados por criaturas "fantásticas" como aquellas gárgolas con las que me topé tiempo ha en busca de una joya de propiedades únicas. Su pacto con los Grises, que condujo al año de la oscuridad, pareció poner un punto y final a la gran mentira. Liderados por Sir Edward Holst reconocieron públicamente la existencia de civilizaciones de otros planetas y anunciaron su alianza. Un año duró ese cambio de política, la caída del Nuevo Mundo con la consiguiente expulsión cobarde de Holst trajo consigo una regresión al familiar oscurantismo y negación sistemática.

Esta repulsiva situación está dando claras señales de estar a punto de cambiar, dos noticias me hacen albergar esperanzas de que la Verdad ya no podrá ser ocultada por los académicos, ya no podrán desdecirse ni calumniar los investigadores libres e independientes como un servidor. Las Naciones Unidas, en un movimiento audaz, han nombrado a la astrofísica Mazlan Othman embajadora de la humanidad ante los extraterrestres. Por otra parte antiguos altos cargos del ejército de los Estados Unidos han declarado haber sido testigos de avistamientos de OVNIs cerca de silos nucleares tras los cuales los misiles quedaban inoperativos, mostrando el carácter pacifista de los visitantes del espacio y su preocupación por nuestro bienestar.

Ante estas dos noticias sólo queda alegrarse y apoyar el reconocimiento oficial de la presencia alienígena en la Tierra. Eso sí, no debemos bajar la guardia, pues ya han entrado en acción las sabandijas para neutralizar este avance histórico llegando a obligar a la embajadora a negar la existencia de su puesto amenazando a su familia. Debemos pararle los pies a la maligna Academia, a sus cómplices en la Asamblea y a sus compinches de Zeta Reticuli.

¡Por Isis!

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