Los Hijos del Nuevo Mundo hemos trabado combate en Berlín con las fuerzas grises, mientras su presidenta visitaba despreocupada Santiago de Compostela. Es una vergüenza que una líder abandone a su suerte a sus ciudadanos para darse un paseo en otro país con el único fin de repartirse los puestos de "poder" de la Unión Europea. Un poder supeditado tanto a la Academia como a los Grises, que como un cáncer voraz, se está extendiendo por Europa sin que sus gobernantes mueva un dedo para oponerse, en cambio sí saben arrodillarse y tender la mano para recibir dádivas de sus nuevos amos. Afortunadamente, mi organización y el grupo del suizo estamos plantando cara a estos invasores y le hemos asestado dos golpes. A la derrota del Señor de los Insectos gigantes se suma nuestra Victoria en el corazón de Alemania, una Victoria ganada a pulso, luchando calle a calle. No nos pasó desapercibido un detalle importante, la ausencia tanto de Karen Bloodscream como de sus oficiales de mayor confianza. En su lugar había carne de cañón, eso sí, dispuesta a llevarse a todos nosotros por delante. Creo que la sanguinaria sacerdotisa o bien ha perdido el interés por esta contienda junto a la confianza de su superior o bien planea algo, y si es así, apostaría porque está en Suiza, en el CERN, un sitio al que ha otorgado mucha importancia. Mientras tanto, nuestro objetivo más inmediato es su superior, La Guadaña, el cual se supone que se halla en terreno alemán. Mi fiel guerrera está ansiosa por ponerle las manos encima.
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