Free Britney ha sido la petición de que se pusiera fin a la tutela legal a la que ha estado sometida Britney Spears desde el 2008. Puede que tuviera sentido entonces, tras el colapso nervioso que sufrió en buena parte debido a la presión a la que la sometían los medios de comunicación, que la acechaban cual aves carroñeras que ni esperan a que muera su presa deseada. El padre de la cantante, que ha sido su tutor desde el 2008, compartiendo dicha posición hasta el 2019, controla cual dictador cada aspecto de su vida, desde el dinero que puede gastar hasta su vida sentimental o si puede o no tener más hijos. Resulta alarmante que este trato sea permitido en pleno siglo XXI en un país de llamado primer mundo.
Gracias a otro icono de la Cultura Pop, Paris Hilton, nos hemos enterado de que el movimiento #FreeBritney y las declaraciones de la cantante ante el tribunal no han caído en saco roto. El padre de Britney Spears ha anunciado que renuncia a su puesto de tutor. Este es un paso hacia la liberación de la cantante, pero aún no lancemos las campanas al vuelo, pues lo que preparan es nombre a un nuevo tutor. Esperemos que el abogado actual de Britney Spears, el primero que tiene los intereses de su clienta como prioridad pante clara a esas intenciones y consiga el final feliz que tanto deseamos. Desde aquí nos unimos al #FreeBritney. No es de recibo que alguien tan esencial para la Cultura Pop no pueda tomar sus propias decisiones.
¡Por Isis!