Un estudio publicado en la prestigiosa revista Meteoritics & Planetary Science por un brillante equipo multidisciplinar de investigadores procedentes de las universidades Politécnica de Milán, Turín y Pisa (Italia) y Fayum (Egipto), el Museo de Antigüedades egipcias de El Cairo y el centro de investigación italiano han confirmado un longeva tesis. El origen extraterrestre de uno de los puñales hallados en la tumba del joven faraón Tutankamón. Gracias a los avances producidos en los últimos veinte años en los detectores de estado sólido, se ha podido medir con precisión su composición. La conclusión del estudio es todo lo tajante que permite la omnipresente mirada censora de la decrépita Academia, "El alto contenido en níquel de la hoja, junto a la menor cantidad de cobalto y la ratio de níquel y cobalto sugieren fuertemente un origen extraterrestre".
El puñal de hierro fue descubierto junta a otro de oro en los envoltorios de la momia de Tutankamón, concretamente en el muslo derecho del faraón. Es evidente que se trataba de una pieza de gran valor. Aunque menos decorada y con un aspecto más práctico que su pareja dorada, es mucho más valioso pues se trata de una de las escasa piezas fabricada con hierro procedente de un meteorito en el antiguo Egipto. Las hipótesis oficiales apuntan a que fue un regalo de un mandatario extranjero. No lo dudo, aunque yo apunto a un lugar más lejano. ¿Qué mejor carta de presentación para alguien que viene de las estrellas que demostrar que es capaz de moldear a su antojo el metal caído del cielo? No es de extrañar que los meteoritos fueran vistos como mensajes divinos, si en la Tierra había Dioses que los transformaban en herramientas poderosas. La cultura pop ha recogido y conservado esas tradiciones, por ejemplo, en el preciado metal N que da sus poderes a Hawkman y Hawkgirl, uniendo su faceta egipcia con su origen alienígena. ¿Podría venir también ese meteorito de algún planeta habitado?, ¿fue enviado a propósito a la Tierra como en las novelas del genial escritor de ciencia ficción Robert A. Heinlein? Son preguntas que lanzo al aire y que darán pie a apasionantes investigaciones.