sábado, diciembre 30, 2006

Octavo refuerzo: Madame Blavatsky y el Conde de Saint Germain

Sólo el buen hacer de Tarot e Ichigo Kurosaki ha hecho posible que contemos con los dos últimos refuerzos, dos auténticos pesos pesados que marcarán sin duda la diferencia en la batalla final que se avecina. Los dos son figuras legendarias con experiencias que darían para cientos de libros y me complace sobre manera saber que estarán a mi lado en el momento decisivo.

Madame Blavatsky es la fundadora de la Sociedad Teosófica, una organización que ha buscado siempre la verdad subyacente en todas las religiones, corrompida al ser traducida por hombres imperfectos. Sus obras, entre las que destaca "Isis desvelada", son un trabajo esclarecedor en el que refuta las falacias tanto de la religión como de la ciencia ortodoxa.

Madame Blavatsky ha sido y es un referente para toda una generación, que fue bautizada como la New Age. No es de extrañar pues que haya acudido a nuestra llamada de auxilio, regresando a la India, un país que le es muy familiar y en el cual estableció la base de su movimiento.

El Conde de Saint Germain es un misterio, un hombre enigmático: valido, aventurero, inventor, científico, violinista, compositor y con un gran talento para la alquimia. Un renacentista en la más clásica acepción del término, ningún campo del saber le es ajeno a este ser inmortal. Dado por muerto en 1784, ha reaparecido cada cierto tiempo, aunque siempre queda la duda de si es el auténtico o sólo un burdo impostor intentando aprovechar la fama del verdadero conde. Su identidad y origen siguen siendo un misterio que ha dado pie a muchas teorías, sin que pueda decantarme por ninguna de ellas. Cuando le pregunto, en nuestras esporádicas reuniones, él sonríe y toca el violín, pues dice que no se debe estropear la belleza de un mito con la habitualmente mediocre realidad. Muchas obras y vidas le son atribuidas, desde un hechicero de la antigua Atlantis hasta San José pero sólo él sabe la verdad, y la guarda celosamente. Como prueba de que es él, y no un impostor, ha regalado diamantes hechos mediante alquimia a todos los que estamos reunidos en este campamento.

La cuenta atrás ha comenzado...

¡Por Isis!

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