jueves, abril 12, 2007

La calavera del niño de las estrellas

Afortunadamente la Academia no es capaz de borrar todas las pruebas de la presencia extraterrestre en la Tierra y por ello os puedo hablar de un hallazgo, ya viejo pero que sigue siendo un referente. Se trata de una calavera de un niño de cuatro o cinco años resultado de la ingeniería genética de los antiguos astronautas, un híbrido de alienígena y humano.

Esta calavera llegó a las manos de mi colega Lloyd Pye en febrero de 1999, en una de nuestra habituales reuniones de Investigadores de lo Oculto y Defensores del Conocimiento Alternativo, me contó que había sido hallada alrededor de 1930 en una mina al suroeste de la ciudad mejicana de Chihuaha, enterrada bajo el esqueleto de un humano común.

La calavera tiene rasgos inusuales, que le dotan de una apariencia próxima a los alienígenas grises de Roswell, un Expedición coetánea a la de Delos pero cuyas intenciones eran mucho más siniestras. Sin duda Isis tendrá información más precisa sobre este sujeto. ¿Cuál era su propósito? A diferencia de la Delos y los reptilianos nunca mostraron interés por hacer avanzar la evolución en este planeta y la información escasa y contradictoria en algunos casos que he podido encontrar hablan de que podrían necesitar recuperar diversidad genética mediante la hibridación con humanos o, según otra teoría más apocalíptica, necesitaban carne de cañón.

Aparte de los datos tales como el volumen, mayor que el de un adulto medio, la forma de las órbitas o la localización del nervio óptico hay dos detalles curiosos, dos cosas que encontraron en un análisis de la calavera en el 2004, unas fibras sin explicación alguna y una sustancia rojiza. Por el análisis de ADN sabemos que tiene 900 años y que su madre era humana, fue imposible obtener datos del padre, pero la cara reconstruida por Rob Roy E. Menzies habla por sí sola.

Desgraciadamente como ya es habitual las largas garras de la Academia no tardaron en hacerse sentir y así han brotado cual malas hierbas teorías que intentan esconder la Verdad, ofreciendo argumentos tan variopintos como que el niño tenía el cráneo así debido a la hidrocefalia o alguna enfermedad ósea. Falacias que estoy seguro que no os engañarán, podéis leer más sobre este singular híbrido en la página web.

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