domingo, abril 27, 2008

La misteriosa cueva de Kinkaid


Los preparativos para el próximo y espero que decisivo asalto a la maquinaria infernal del bando Pro-Gris de la Academia avanzan a buen ritmo. Eso me ha permitido un tiempo de descanso que he aprovechado para retomar la noticia que apunté hace unos días. Un clásico de este blog, un descubrimiento arqueológico que desafía abiertamente a la Academia. El 5 de abril de 1909 un audaz explorador de nombre G.E. Kinkaid navegaba en solitario en un bote por el río Colorado cuando topó con una cueva en la que le esperaba algo magnífico que cambiaría su vida, los restos de una civilización, pero no una cualquiera, sino una mezcla de varias en las que predominaba.. la egipcia. Sí, amigos míos y enemigos que seguís con afán inquisidor este humilde blog, Kinkaid vio momias en el Río Colorado y estatuas que recordaban a Buda.

También había urnas con jeroglíficos, el lenguaje secreto del Antiguo Egipto y no es la primera vez que aparecen en Estados Unidos. Los egipcios, unos inquietos viajeros, también pisaron el sur de Arizona. Y es que nuestros antepasados nos respetan las normas de la Academia, no entienden de limitaciones, lo que nos venden ahora como imposible para ellos era algo a veces rutinario y otras veces excitante y divertido.

Kinkaid, siendo un hombre escrupuloso y honesto decidió que debía dar a conocer ese fastuoso lugar y avisó al Smithsonian, que puso a algunos de sus mejores investigadores a estudiar el caso, ¿o no?. Lo cierto es que el museo niega toda relación con el hallazgo del señor Kinkaid, su desfachatez llega al extremo de incluso negar que los arquéologos con los que habló trabajaban para el Smithsonian. ¿A qué extremos llegó la maldad de la Academia? ¿Qué hizo con sus empleados? Al leer casos como este recuerdo si bien no me hace falta el porqué me opongo a esa vil organización. Aunque sea clave en la libertad de la Tierra su naturaleza sigue siendo abyecta y no debemos descuidarnos ni un solo instante.

¡Por Isis!

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