Nada más llegar a mi cita con los Hijos del Nuevo Mundo, reparé en el interesante lugar que había escogido su líder y llamé su atención no sólo acerca del llamativo sello, impronta nada sutil de la Academia, sino también de los conocimiento encriptados por toda la fachada. Como investigador, propuse estudiarlos, pues cuanto más se conoce al enemigo más preparado está uno para derrotarlo.
¡Por Isis!
Cuando has pasado la mayor parte de tu existencia en un laboratorio entrenando, preparándote para ser una guerrera, deseas ante todo entrar en acción, así que la reacción de mi compañera fue del todo comprensible. No tuvo otra ocurrencia el suizo que examinar la fachada del edificio en el que nos habíamos reunido con el pretexto de encontrar ( o inventar, en su caso son dos conceptos que van de la mano) pistas sobre nuestro enemigo. Para evitar perder más tiempo y poner a prueba la paciencia de Arya de forma innecesaria, le ayudé a fotografiar la fachada. Me extrañaría mucho que eso sirva de algo, pero conociéndole, todo es posible, literalmente.
¡Por el Nuevo Mundo!, Ellen Blackmoon
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