miércoles, julio 16, 2014

Destapadando a los farsantes: Sandro Rey

Con el tiempo que sorprendentemente ha aguantado nuestra alianza con la Resistencia, he llegado a resignarme más que aceptar que emplearán siempre el método más heterodoxo cuando no el más disparatado, pero eso no quiere decir que valga todo. Hay líneas rojas por las que no estoy dispuesta a pasar y Patrick Von Steiner acaba de cruzar una. Es evidente que nuestra sanguinaria enemiga se dispone a atacar una nación europea y que necesitamos descubrir cuál es lo antes posible. Con ese fin puedo aceptar que busque fuentes digamos que alternativas de información como el satélite Black Knight. Aunque no acabo de creerme su historia, sí he podido verificar su existencia y analizar sus mensajes. Lo que no voy a aceptar es que tiren el dinero miserablemente llamando a un vidente, que tanto mete la pata miserablemente en su programa como destroza el latín en absurdos rituales o se pone bañadores que producen ceguera en un concurso ridículo. Sandro Rey es una prueba más de que para alcanzar la fama uno debe despedirse de la dignidad, la vergüenza, el amor propio... Su página web es un compendio de halagos inverosímiles que lo dejan como un superhombre, un ser excepcional. Pues no, NO lo es y sé muy de lo que hablo, porque yo trabajé codo con codo con UNO. Sir Edward Holst, él sí era un hombre extraordinario, un visionario incomprendido que habría traído una Edad de Oro a la humanidad si no le hubiera fallado primero y luego traicionado la Academia. ¿Qué es lo que tenemos? Mi Maestro está muerto y estamos ahogados en un lodazal de mediocridad que aplaude a tunantes como Sandro Rey, que no adivinan ni el color del caballo blanco de Santiago. ¿Alguien con neuronas funcionales puede esperar que este timador tenga la más remota idea de donde va a atacar Karen Bloodscream? Es más, dudo mucho que sepa que una parte de Europa está ocupada. Steiner afirma estar reflexionando sobre el contenido de la última llamada, en la que al fin pudo expresarle su consulta. Lo maneja con tanto secretismo que empiezo a sospechar que le haya dicho alguna nación americana o un disparate similar, y esté urdiendo una teoría descabellada que no les deje en ridículo a los dos. Por mi parte, estoy investigando de forma seria, echando mano de los contactos de los Hijos del Nuevo Mundo y la Resistencia. Espero dar con una respuesta sólida antes de que empiece la invasión. Hay que pararle los pies a los Grises YA.

¡Por el Nuevo Mundo!, Ellen Blackmoon

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