jueves, mayo 21, 2020

Halladas evidencias de un universo paralelo en el que el tiempo va hacia atrás

El titular es la noticia original tal y como fue publicada en los medios de comunicación tradicionales. Contaban con entusiamos como una investigación desarrollada por la Universidad de Hawai y liderada por el profesor de física Peter Gorham, en la superficie de la inhóspita Antártida había sacado a la luz con la Antena Antártica de Impulso Transitivo antártica (ANITA, por sus siglas en inglés) la existencia de unas partículas que podrían explicarse con la existencia de un universo paralelo donde las leyes de la física serían al revés, como por ejemplo el flujo del tiempo. Se trata de una especia de rayo cósmico que va de la Tierra al espacio, en lugar de lo habitual, que es que vengan del espacio. Esta noticia era una prueba más del multiverso, de la infinidad de dimensiones de las que tanto hemos hablado y visitado en esta bitácora.


Pero, la vil Academia, aunque cada vez más débil e impotente, sigue teniendo una potenten maquinaria de censura a su disposición. En cuanto salió la noticia, dieron un toque de atención a la NASA, como el domador que tira de la cadena para dar una orden a su fiera. La NASA, una sombra de lo que llegó a ser durante la Guerra Fría, obedeció de inmediato a sus amos, y negó el hallazgo de un universo paralelo, reduciendo la noticia a una posibilidad teórica, un mero ejercicio intelectual, sin repercusión alguna en la práctica. Ese truco era muy habitual para ganarse el perdón de la Inquisición, y sigue siendo igual de efectivo hoy en día. Así, ahora el titular ha cambiado de un magnífico e histórico descubrimiento a un cobarde desmentido. Mas no temáis, lejos de ser una derrota, es una grieta más en la coraza de nuestros enemigos, por la que sale a la luz la Verdad.

¡Por Isis!

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