Tesis, antítesis, síntesis. Son los tres elementos que componen la dialéctica. Pues bien, parece que la evolución de la inteligencia va a seguir esos mismos pasos. Tesis: la inteligencia orgánica. Antítesis: la inteligencia artificial. Síntesis: la inteligencia "organoide". Ahora que estamos alcanzando el límite de la tecnología del silicio, en la que se ha fundamentado la computación, parece que el cerebro humano contiene la clave para superar esos límites y desarrollar inteligencias a medio camino de lo orgánico y lo artificial con una capacidad muy superior a las IAs actuales. Os recomiendo leer este artículo sobre el tema. Seguro que los lectores más avezados de esta bitácora han pensado al momento en el ya familiar concepto de cyborg. En efecto, la Cultura Pop, una vez más, funciona como hoja de ruta de la tecnología más avanzada. Evidentemente los retos que plantea a nivel ético son incluso mayores que la IA tradicional, pues hablamos de emplear neuronas humanas. Aunque no pertenezcan a un ser humano completo, no dejan de ser tejido humano, y de contener el ADN de alguien, al que espero que hayan pedido permiso.
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