La crónica de Fénix Ascendiente sobre lo que ocurrió el viernes 18 de abril en Las Vegas es una interpretación tan libre de los hechos que me cuesta reconocerlos. Convierte en victoria lo que fue una humillante derrota. La única razón por la que sigue libre viajando por el espacio y puede contar sus fantasías en este blog es que cogió como rehenes a una aliada de Steiner con la que está obsesionada y a alguien que podría ser el infame Agustus Severinus Píngolas. Jurgen dice que es el auténtico, pero este ludópata gruñón no es tampoco el paradigma de fiabilidad, especialmente después de ver cómo se despedía de su "creador" al grito de ¡Jódete Píngolas! Cuando le pregunté el motivo de su ira hacia al Maestro del disfraz no acertó a darme una motivación coherente. Entre una sarta de improperios, conseguí sacar en claro que le acusa de no haberle dado un cuerpo óptimo. Podría haberle explicado una vez más que su creación fue un proceso más complejo en el que también intervinieron los Arribistas, pero sería una pérdida de tiempo.
Una parte que sí es cierta de su narración es que su grupo ha sufrido pérdidas. Dos miembros del círculo interno de los Arribistas son parte de mi colección. Ambos siguen con vida, una rareza. Uno está en una gran pecera, el Tiburón Asaltante, El otro, la Serpiente de cascabel está en un terrario. Los dos se recuperan de las heridas que sufrieron en su combate con una servidora. Sé que los cibercriminales de Elysium se hicieron con uno, pero ignor cuál, dejando a la cúpula de los Arribistas reducida a la mitad. Los tres que quedan se disponen a crear una nueva piedra filosofal usando a Augustus Severinus Píngolas en el laboratorio clandestino donde la Academia y los Grises se llevaron a los inocentes que han secuestrado por todo el mundo, pero principalmente en Grecia. Evidentemente vamos a ir a ese cubil y vamos a poner fin a sus operaciones. ¿Cómo les seguiremos? Es tan obvio que no vale la pena mencionarlo. Además, aún tiene que contar su versión Steiner.
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