El Karrkaratul es una peculiar variante de topo australiano, que sólo algunos privilegiados han podido ver. Es paradójico que una criatura con un color tan llamativo no sólo pase la mayor parte del tiempo bajo tierra sino que también carezca del sentido de visión necesario para apreciarlo. La existencia de esta curiosa criatura demuestra que hay muchas cosas que ignoramos de nuestro mundo, que hay mundos dentro del nuestro de los que no somos conscientes hasta que se cruzan con el nuestro, y que debemos desconfiar de cualquiera que sostenga que ya no queda nada por descubrir en la Tierra. Lo mismo se decía de la física en el siglo XIX y ya sabemos lo que pasó luego gracias al genio de titanes como Albert Einstein o Niels Bohr. ¿Qué otras criaturas comparten el planeta con nosotros sin que lo sepamos? Creo que apenas conocemos la punta del iceberg, aunque en esta bitácora hemos ido más allá de las especies reconocidas oficialmente con las gárgolas, empleadas como custodios de sus tesoros por la Academia, el legendario Mothman y varios ejemplos de criptidos, una rama de la zoología que debe ser reivindicada.
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