Algo poco habitual ha sucedido, un artículo de la revista Nature Geoscience se ha convertido en uno de los principales temas de conversación del mundo. Eso ya de por sí es algo reseñable. Que algo científico llegue a primera plana tanto en los medios tradicionales como en las redes sociales es noticia, pues debe competir con polémicas varias protagonizadas por políticos y famosos de toda condición. El protagonista de esta noticia es el núcleo de nuestro planeta. Tan importante en el devenir de nuestra vidas como enigmático. Según la ciencia oficial tiene 1.200 kilómetros de radio y está compuesto de hierro sólido. Son datos que se conocen de forma indirecta, así como el hecho de que gira más deprisa que el resto del planeta. O eso solía hacer, pues a raíz del artículo han surgido las siguientes interpretaciones:
- Su velocidad de giro ha disminuido.
- Se ha frenado por completo
- Ha cambiado el sentido de giro y ahora va al revés que el resto del planeta
Tampoco hay consenso en cuanto a las consecuencias de este cambio, yendo desde las recurrentes profecías apocalípticas en las que los días menguan como el dinero en el bolsillo de un trabajador asalariado y el campo magnético cambia y no para mejor precisamente, a ninguna consecuencia apreciable para el ser humano. Hemos intentado contactar sin éxito con nuestro buen amigo Lionel, el rey filósofo de Agartha, al que presuponemos más al tanto de lo que está ocurriendo en el núcleo terrestre, dada la cercanía al mismo de su reino. No es difícil deducir que lo que quiera que esté pasando ha cortado las comunicaciones con Agartha, y eso sí que es una señal clara de que algo no va bien. Siento la llamada a la acción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario