Una vez más mi brújula fue decisiva, junto a un péndulo de plata y un mapa en el que habíamos marcado los edificios principales de la lista fuimos capaces de descartar la mayoría, quedándonos tan sólo con tres. A partir de ahí fue sencillo descubrir la base. Así llegamos al escondrijo de los Hijos del Nuevo Mundo, un lugar en apariencia abandonado pero que en realidad albergaba una gran actividad.
Un saludo pop y felices fiestas de parte de Carman Corrigan, ¡Por Isis!
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